Palabras de vida desde la misión: La espera del Padre
- Sección: Meditaciones-homilías
- Categoría: Palabras de vida desde la misión
«El banquete que celebra la vuelta del hijo. »
«El banquete que celebra la vuelta del hijo. »
«Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará».
«Si tú le dejas ser el viñador de tu alma puedes dar fruto abundante.»
«Culpables sí, piedras no…»
«Nunca nadie ha colaborado tanto en la obra de la redención como María, dejándose hacer, dejando a Dios hacer en su vida…»
«Queremos consagrar nuestra vida, con todo el corazón, alma y fuerzas. Recemos con el Papa para que reine la paz en el mundo.»
«Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
«Tú sé íntegro, vive ajeno al qué dirán. Como Jesús, nunca dejes de hacer el bien.»
«Estamos necesitados de misericordia, pero antes de la misericordia está la verdad.»
«Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva».
«Que el comer su carne y beber su sangre nos configure a Cristo abandonado a la voluntad del Padre.»
«Merece la pena dar la vida por ti, como Tú la has dado por nosotros.»
«Así nos enseñaste en la cruz: Perdónales Padre, porque no saben lo que hacen. ¿Te has sentido ofendido? Reza por quienes te ofendan más.»
Señor concédeme un corazón que sepa ver las necesidades de los demás y contemplarte a ti.
«Yo quiero estar cerca de ti, en las horas malas y no solo en lo bueno. Quiero renunciar a mi yo, llorar y sufrir contigo. Tú muerte me dará la verdadera vida.»
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los hijos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».
«No se trata de no ver, sino de mirar con tus ojos, Jesús.»
«La verdadera gloria a la que está convocada toda persona está en el monte calvario…»
«Y enseguida quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: “No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio”».
«Que el Señor nos conceda tomar esa decisión que nos falta para llegar a santos.»
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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