Palabras de vida desde la misión: La angustia del Viernes Santo
- Sección: Meditaciones-homilías
- Categoría: Palabras de vida desde la misión
<
«Con los labios pegados al madero de la cruz.»
<
«Con los labios pegados al madero de la cruz.»
«¡Cuanto vacío, soledad! Un día, me encontré con Jesús. Su mirada, la fuerza de sus palabras… Todo en mí cambió. ¡Nardo puro! todo lo que tengo. Te dejas querer, Jesús. ¡Te lo mereces todo!
«Para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados —entonces dice al paralítico—: “Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa”».
«-¡Qué grande! ¡Qué bonito! ¿Lo ves? -Pues no quedará piedra sobre piedra. Seréis perseguidos pero el que persevere conmigo, se salvará.»
«¡Estoy dispuesto a seguirte! Judas está raro, pero es uno de los nuestros. Algo se me escapa… ¿Una higuera? ¿Maldecida?»
«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo?».
«Mirando al Crucificado no puedo dudar del amor del Padre.»
«¿Estoy deseando ver su Rostro y pasar de este mundo al Padre?»
«Te revelas ante nosotros, Jesús. ¿Te reconozco? ¿Está dispuesto mi corazón? ¿Estoy abierto al misterio?»
«Dios escapando del Templo ¡El mundo al revés! Decides huir. Oculto en pan y vino, yo con ganas de figurar, de imponer…»
«¿Cómo podemos permanecer en tu palabra? ¿Cómo podemos ser discípulos y conocer la verdad para ser libres? Levantando el corazón, muchas veces y pidiendo perdón.»
«Enséñame a amar la cruz…»
«Se dejaron traspasar por tu mirada...»
«La vida cristiana consiste en vivir crucificado.»
«Después de escucharte, juzgare y me rendiré…»
«El paso de la muerte a la vida.»
«Tu visita me llena de alegría. Jesús, quieres estar en medio de nosotros, gracias por darnos a conocer el rostro del Padre.»
«Lo que dice la Escritura es cierto, y lo dice ahora, aquí, a ti y a mí..»
«Dios no es policía, ni jefe. Dios es tu Padre y mi Padre Todo lo puede, lo sabe, lo perdona. Confíale tu vida, desahógate, llora en sus brazos, cuenta con Él Jamás te deja de su mano.»
«Mi gran deleite es unirme con las almas»
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
Más información aquí.