Que todos sean uno

La beata María Gabriella de la Unidad tenía un solo deseo: «Jesús, que yo te glorifique y que Tú seas glorificado en mí». A través de este documental, HM Televisión nos ofrece la oportunidad de conocer la vida y misión de la beata María Gabriella de la Unidad. María Sagheddu era una joven italiana. La muerte de su hermana menor, Giovanna Antonia, con tan solo diecisiete años, la empujó a profundizar en su relación con Dios hasta experimentar un llamamiento a la entrega total. Dirigida por su párroco, ingresó en el Monasterio de monjas trapenses de Grottaferrata (Italia). Un poco seria y brusca de carácter, el Señor fue modelándola a través de la obediencia, aprovechando al máximo su docilidad y sencillez. Cuando la Madre Pía, abadesa del monasterio, habló a la comunidad sobre la necesidad de rezar por la unidad de los cristianos y de la Iglesia, explicándoles que era uno de los grandes deseos de Jesús —«¡Qué todos sean uno!»—, Sor María Gabriella sintió en su corazón una llamada ofrecerse como víctima por la unidad de Iglesia. Pidió permiso a sus superiores. El Señor le tomó la palabra y, desde ese mismo día, comenzó a encontrarse mal. Poco después le diagnosticaron una tuberculosis. Durante los quince meses que duró su enfermedad, pasó por muchos sufrimientos y pruebas, pero no desaprovechó ninguna oportunidad para poder llevar a cabo su ofrecimiento, que culminó con su muerte el 23 de abril de 1939. Tenía solo 25 años.

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  • Juan Bosco nació en Becchi, un pequeño pueblo italiano, en 1815. Siendo niño murió su padre y tuvo que trabajar ayudando al sustento familiar. Como quería ser sacerdote, un sacerdote amigo suyo le ayudó, pero tenía que caminar cada día, unos diez kilómetros -a veces descalzo, por no gastar zapatos- para ir a estudiar en el liceo de Chieri. Con el fin de pagar sus estudios, trabajó en numerosos oficios.

     

    Ordenado en 1841 y preocupado por la suerte de los niños pobres, particularmente por su imposibilidad de acceso a la educación, a partir de 1842 fundó el Oratorio de San Francisco de Sales. Estableció luego las bases de la Congregación de los sacerdotes de San Francisco de Sales, o salesianos (1851), aprobada en 1860, y de su rama femenina, el Instituto de Hijas de María Auxiliadora.

     

    San Juan Bosco murió la madrugada del 31 de enero de 1888 en Turín. Fue beatificado en 1929 y canonizado en 1934; para su canonización se presentaron seiscientos cincuenta milagros obrados por él. Su festividad se conmemora el día de su fallecimiento, el 31 de enero.

     

     

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